¿Por qué sientes que lo que a ti te falta lo tiene otra persona? ¿Por qué te empeñas en buscar a tu media naranja?
Hoy quiero mostrarte por qué que no necesitas buscar fuera de ti aquello que piensas que te falta y que, además, crees que tiene tu pareja.
Se trata del hecho de que el varón lleva en sí un componente femenino mientras que la mujer lleva en sí un componente masculino.
Una mujer plena es aquella que asume su elemento masculino. Un hombre total es aquel que asume su elemento femenino.
En el video de hoy te cuento por qué Platón tiene la culpa de que pienses que lo que a ti te falta lo tiene el otro.
Me gustan mucho los mitos porque los mitos explican nuestra realidad.
Es verdad que en la mayoría de los casos, el principio masculino prevalece en el hombre y el principio femenino prevalece en la mujer.
La naturaleza nos dice que lo masculino da y lo femenino recibe.
Es decir, que el aspecto femenino de cada uno, ya seamos hombres o mujeres, es de recepción, de acogida, de maduración y de interiorización. Mientras que el aspecto masculino es más un aspecto de proyección hacia el exterior.
Cada vez que te hagas la pregunta si algo es masculino o femenino piensa en lo que dice la naturaleza.
¿Y qué me dices de ti? ¿Has buscado en tu pareja alguna vez aquello que creías que te faltaba?
Cuéntamelo más abajo en los comentarios del blog.
TRANSCRIPCIÓN DEL VIDEO
Hola!
Mi nombre es Francisco Javier Gutiérrez y mi misión es la de ayudar a la integración de lo masculino y lo femenino tanto dentro como fuera de cada uno de nosotros.
Para ello ayudo a las mujeres a entender a sus parejas para alcanzar una comunicación sincera y amorosa entre ellos.
Por eso estoy aquí, porque quiero ayudarte a comprender lo masculino desde dos puntos de vista:
- Por un lado observar tu propia energía masculina e integrarla en tu conciencia femenina para lograr así una interacción entre ambos y lograr la independencia.
- Por otro lado comprender a tu pareja masculina desde la atracción que surge de tu polaridad femenina.
Pienso que nadie mejor que tu pareja puede mostrarte aquello que te falta para sentirte completa, libre e independiente.
Por eso, antes que comprender a tu media naranja primero tienes que comprenderte a ti misma.
Y solo puedes comprenderte a ti misma desde la independencia que da no ser la media naranja de nadie.
El mito de Platón y la media naranja.
Así que hablemos de naranjas y platones.
Sí, he dicho platones porque fue Platón y no Jesús Puente con su concurso de parejas quien hizo popular el mito de la media naranja.
El origen del mito de la media naranja lo tenemos que buscar en Platón y su obra El Banquete.
En ella Platón mostraba las enseñanzas de su colega Aristófanes.
Aristófanes explicaba cómo al principio la raza humana era casi perfecta.
Y era perfecta porque todos los seres tenían esta forma.
Cuatro brazos, cuatro piernas, dos cabezas… ¿Has visto perfección más grande?
No se trataba de ser uno más uno sino de ser dos dentro de cada uno.
Estos seres podían ser de tres clases: uno, compuesto de hombre y hombre; otro, de mujer y mujer; y un tercero, de hombre y mujer, llamado ‘andrógino’.
Cuenta Aristófanes que estos seres se sentían tan poderosos y completos que decidieron combatir a los dioses.
Zeus no se lo permitió, claro está, y decidió separarlos por la mitad para que fueran más débiles y vulnerables.
¿Qué ocurrió entonces?
Que una vez hecha esta división cada mitad se puso como loca a buscar la mitad de la que había sido separada.
Y cuando se encontraban, las dos mitades se abrazaban en un ardoroso deseo de ser de nuevo una unidad.
Pero como eso no era posible se quedaban pegados como dos adolescentes enamorados y cada mitad no quería hacer nada la una sin la otra.
Y de este modo morían de hambre e inacción.
Bien, este es el origen de la famosa media naranja que ha calado hasta nuestros días.
La media naranja en la actualidad
Cada 14 de febrero se reivindica la búsqueda de la media naranja y las tiendas se llenan de reclamos para que no te olvides de regalar algo a ese ser que te completa.
Esto no es de la media naranja no es de ahora ni mucho menos.
Hace 20 años, el actor Jesús Puente hacía competir a tres parejas para conocer cual se conocía más y mejor en un concurso de televisión.
Pero como nadie se escapa de este destino anaranjado, ahora tenemos a Mujeres, Hombres y Viceversa para que no decaiga esa búsqueda constante de la perfecta mitad que nos complementa.
Esta creencia de que somos dos mitades de un ser humano casi perfecto es una fuente de mucha infelicidad y de muchos problemas de pareja.
Y no me digas que tu no crees en la media naranja y que solo es una idea romántica de adolescentes.
Está claro que muchas mujeres siguen buscando a su media naranja, aunque no lo digan abiertamente.
Te voy a poner un ejemplo:
Seguro que has escuchado más de una vez a alguna mujer lamentarse diciendo:
¡Qué mala suerte tengo en el amor!
Detrás de esa queja está el anhelo de la media naranja.
El complemento perfecto
Por eso existen mujeres que en el nombre del amor viven bajo la dependencia de sus parejas creyendo que las necesitan solo porque las aman.
Estoy hablando de algunas mujeres que se sienten vacías (y tal vez inútiles) cuando su marido no está en casa.
Y no estoy hablando solo de relaciones de pareja.
Estoy hablando de las madres que no pueden dormir mientras no hablen por teléfono cada noche con su hija.
Y estoy hablando también de esa mujer que necesita a todas horas hablar con su amiga del alma sin poder abrirse a otras amistades.
Porque una cosa es sentir complicidad y pertenencia con tu pareja y otra muy distinta es crear una relación dependiente que se mantiene entre arrebatos de amor y momentos de odio.
La relación para este último tipo de parejas es como el vagón de una montaña rusa. Es difícil para los pasajeros encontrar una meseta de serenidad en sus vidas.
Esta última clase de parejas dice cosas del tipo:
Nos queremos con locura. Somos la mar de felices porque nos complementamos a la perfección porque estamos hechos el uno para el otro.
Tanto él como ella necesita al otro para ser feliz.
“Lo que no tengo yo lo tiene ella, y lo que no tiene ella lo tengo yo” nos dicen como si fueran seres incompletos.
Porque cada uno necesita que el otro le complemente para vivir la vida con ánimo y fuerza.
Es muy común que se establezca un pacto implícito de cuidar el uno del otro en aquello que le es difícil, impidiendo que el otro desarrolle su propia habilidad en aquello que no sabe.
¿Dónde encuentro a mi media naranja?
Ahora voy a decirte algo muy importante:
Cuando crees en la media naranja crees en la idea de encontrar a alguien que solo existe dentro de ti.
Porque ese ser que te complementa ya lo eres tú misma, solo que aún no lo has descubierto.
Ahora te quiero hacer una pregunta
¿No sería mejor que cada uno desarrolle aquellos aspectos de la personalidad que no trae de serie?
Por ejemplo:
Imagina que tu pareja es ordenado, estudioso, racional y disciplinado.
Y que tú eres imaginativa, creativa, sentimental y cariñosa, es decir con aspectos de personalidad opuestos.
¿Significa esto que cada uno no posee las cualidades del otro?
No, claro que no.
Lo que ocurre es que cada uno no ha tenido la ocasión de poder desarrollar las cualidades que no tiene.
Es posible alcanzar la independencia dentro de la pareja.
Cuando alcanzas la independencia vives la pareja desde la naranja entera que eres.
Y vivir la pareja desde ese modelo de dos naranjas enteras es una relación que expresa libertad y respeto.
Una libertad y un respeto que van más allá de esa montaña rusa de la manipulación y chantaje que suele darse cuando estás instalada en un patrón de dependencia.
Por eso tienes que dejar de buscar a tu media naranja en tu pareja.
Esa media naranja solo está dentro de ti … y está deseando conocerte.
Un abrazo y hasta otro día.
PD:
Cristina Viartola habla en su comentario de una canción maravillosa titulada The Origin Of Love. Agradezco a Cristina su aportación y voy a poner aquí el vídeo de esa canción porque aunque es triste expresa muy bien la trampa en la que solemos caer cuando creemos que lo que nos falta lo tiene el otro. Si quieres la traducción aquí puedes verla.
Gracias Cristina.
Hola Francisco Javier! Madre mía, cuánto daño nos ha hecho Platón… viendo tu vídeo me he acordado de la peli “Hedwig and the Angry Inch” y la canción “The Origin of Love”. Es preciosa pero ay!
Coincido contigo en que tenemos la idea de la media naranja tan arraigada en el inconsciente colectivo que, a pesar de saber “conscientemente” que es un error, seguimos buscando esa persona que nos de lo que nos falta. En mi experiencia es algo muy frustrante y que solo lleva a la insatisfacción en pareja, a no estar nunca segura de si estoy con la persona “correcta”. Me quedo con tu propuesta: trabajar en mí aquellos aspectos que identifico con lo masculino como seguridad, acción, protección… y también aceptar al otro como es y no buscar un ideal imposible.
Muchas gracias por compartirlo y un abrazo muy fuerte.
Cris
Muchas gracias, Cris, por tu comentario y sobre todo por recordarme esa canción de aquella película que vi hace tantos años.
Gracias por ayudarme a darme cuenta de cuanto hemos crecido desde entonces.
A mi también me asaltan las dudas cuando tomo una decisión de pareja. Creo que no debemos confiar demasiado en nuestros sentidos, carencias y necesidades a la hora de amar. Debemos poner el foco en nuestra decisión de amar. El sentimiento amoroso del enamoramiento desaparecerá tarde o temprano, solo nuestra voluntad de amar puede mantenerse si es nuestro deseo.
Un abrazo