Navegando el Mar de Relaciones Líquidas
¿Te has sentido alguna vez como si estuvieras flotando en un mar de relaciones inestables y donde el amor parece evaporarse tan rápido como una gota de lluvia en una ventana?
Zygmunt Bauman lo llamó amor líquido.
Ese amor donde las conexiones son fugaces y donde la indiferencia es lo normal.
¿La superficialidad te agobia en tus citas?
¿O tal vez sientes que en tu relación actual tus necesidades son invisible para tu pareja?
¿Y qué me dices del miedo al compromiso?
¿O a depender de alguien más?
¿Te paraliza ese miedo?
No te preocupes, hay esperanza.
Quédate hasta el final para recibir un ejercicio o solución que he preparado para ti y descubrir cómo encontrar estabilidad en este mar de incertidumbres modernas.
Enfrentando el Desafío del Amor Líquido
Soy Francisco Javier Gutiérrez, experto en relaciones conscientes de pareja y estoy aquí para ayudarte a construir relaciones significativas.
Esas relaciones en las que te sientes verdaderamente conectado y donde puedes crecer como persona y donde el amor es una presencia constante y consciente.
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De esta manera, estarás al tanto de todo el contenido que comparto sobre relaciones conscientes y desarrollo personal.
Y ahora hablemos del amor líquido.
Echemos un vistazo al complicado mundo de las relaciones humanas en el siglo XXI.
Pues sabes, ese territorio en el que todo parece tan fluido como el agua, donde el amor parece tener fecha de caducidad y las conexiones son tan fugaces e inestables como los likes en una publicación de Instagram.
¡Sí!
Estoy hablando del fenómeno del amor líquido que Zygmunt Bauman describió tan bién en su libro “Amor líquido acerca de la fragilidad de los vínculos humanos”.
Ya te has dado cuenta que me encanta este concepto.
¿Y qué significa realmente este término “amor líquido”?
Básicamente Bauman nos dice que en nuestros días modernos las relaciones ya no son rocas sólidas sino son más bien como agua, cambiantes, difíciles de agarrar y con una tendencia a evaporarse en un abrir y cerrar de ojos.
Y sí, es una metáfora poderosa que refleja la realidad de cómo nos relacionamos en la era moderna.
Y en este escenario, la opción más sencilla y paradójicamente la más dolorosa también tal de sea renunciar al amor y al calor humano.
Desafíos y Reflexiones en el Mundo del Amor Líquido
Así que imagina esta situación.
Estás deslizando tu dedo por las aplicaciones de citas, mirando fotos de posibles parejas, te detienes en una foto que te llama la atención y de pronto deslizas en hacia la derecha con un toque rápido.
¡Me gusta!
¿Y qué significa eso?
Pues nada.
Tal vez nada.
Tal vez solo estás pasando el tiempo buscando algo de emoción en una tarde aburrida de domingo.
O tal vez, solo tal vez, estás buscando una conexión real en un mundo donde las relaciones son tan frágiles con esa gota de lluvia en un vidrio mojado.
Pero, ¿qué hace que el amor sea tan líquido en estos días?
¿Qué hace que sea tan difícil encontrar pareja?
Bueno, hay un montón de cosas en juego.
La indiferencia es una de ellas.
La indiferencia está de moda.
¿Por qué?
Porque la indiferencia adormece y narcotiza las emociones.
¡Me da todo igual!
Mira, esto es lo que yo realmente pienso.
Con todas las opciones que tenemos a nuestro alcance, gracias a las redes sociales y las aplicaciones citas, pienso que la soledad es el principal problema de los seres humanos.
¿Qué te parece?
En este momento, nos resulta más difícil que nunca encontrar pareja.
¿Por qué?
Porque es mucho más sencillo adoptar una actitud de “si funciona, bien, y si no funciona, también”.
Es decir, eso que decimos, “no me cierro una pareja, pero si esta no me cae del cielo, está bien así.
¿Será que el destino no quiere que tenga pareja?”.
Desafíos y Reflexiones en el Mundo del Amor Líquido
Es como si nos convirtiéramos en expertos en el arte de no importarnos demasiado los afectos o la necesidad de sentirnos queridos.
¿Realmente no te importa esa necesidad?
Imagina esto también.
Estás en una cita y la conversación es superficial, aburrida.
Te das cuenta de que estás mirando tu teléfono cada pocos minutos, revisas tus mensajes de texto o tus notificaciones de redes sociales y tienes al otro delante.
Y no es que no te importe la persona con la que estás, pero esa persona, por la razón que sea, no cumple tus expectativas y parece que tu mente está en otra parte buscando una distracción.
Yo creo que me he equivocado, no me gusta como viste, en vez de comprometerte realmente en el momento presente.
Y luego está el individualismo extremo.
Esa es otra barrera que impide que puedas crear conexiones significativas.
Es la cultura del yo primero.
Estamos en la cultura del yo mismo y mi mecanismo y a menudo nos encontramos priorizando nuestras propias necesidades y deseos por encima de todo lo demás.
A ver, por supuesto que el autocuidado es esencial, pero ¿qué sucede cuando nos volvemos tan centrados en nosotros mismos que dejamos de preocuparnos por los demás?
Piensa en esto.
Estás en una relación, pero sientes que algo falta.
Te das cuenta de que tu pareja siempre está ocupada en sus propios proyectos y actividades, sin dejar mucho espacio para ti en su vida.
¿Por qué habré elegido a esta persona?, te preguntas
Te sientes un poco invisible, como si tus necesidades y deseos no fueran realmente importantes para la otra persona.
Te preguntas si deberías decirle algo o simplemente dejarlo pasar o terminar la relación.
Pero el miedo al conflicto te mantiene en silencio.
Y no nos olvidemos del miedo al compromiso.
El miedo al compromiso es la reina de las barreras en los tiempos del amor líquido.
Como dije antes, el mantra “yo mismo y mi mecanismo” parece dominar entre los solteros y solteras de hoy en día.
¿Verdad?
Y es posible que pienses que nadie más que tú está buscando compromiso.
Pero ¿has considerado que también estás incluido en ese nadie?
Esa idea de que nadie quiere comprometerse.
¿No será que yo no quiero comprometerme?
¿Alguna vez te has sentido atrapada y atrapado en un bucle de citas sin fin, sin poder decidir si quieres dar el siguiente paso?
Eso es lo que sucede cuando el temor a equivocarse en la elección de pareja nos paraliza, impidiéndonos comprometernos plenamente con alguien.
Y finalmente está el miedo a depender de alguien más.
Imagina estar en una relación donde sientes que siempre estás caminando sobre cáscaras de huevo, tratando de no molestar a tu pareja o hacer algo que lo haga sentir incómodo o incómoda.
Te preocupa que si dependes demasiado de ellos, un día podrán alejarse dejándote solo y vulnerable.
Así que mantienes tus emociones guardadas bajo llave, temiendo que cualquier muestra de necesidad o vulnerabilidad te haga parecer débil ante una pareja.
No le voy a llamar.
¿Cómo le voy a llamar?
Va a parecer que estoy demandando amor.
¿Y cómo encontramos esta habilidad en medio de tanta incertidumbre?
Bueno, la respuesta no es tan sencilla, pero hay algunas cosas que podemos hacer para mantenernos a flote.
Ejercicio Solución: Cómo encontrar estabilidad en un mar de relaciones líquidas
Y aquí tienes el ejercicio que te había prometido al principio de este vídeo para ayudarte a encontrar estabilidad en este mar de relaciones líquidas.
1: Reflexiona sobre tus prioridades y deseos.
Es importante saber qué es lo que quieres.
Tómate un tiempo para escribir en un cuaderno o en tu teléfono las cualidades y valores que buscas en una pareja.
¿Quieres alguien con quien compartir tus pasiones o que comparta tus valores fundamentales?
Si buscas fidelidad y compromiso, ¿por qué te enamoras de alguien que no le interesan esos temas?
Si buscas una pareja cerrada, ¿por qué estás conociendo a alguien que le gustan las parejas abiertas?
Por lo tanto, si quieres alguien con quien compartir tus pasiones o que comparta tus valores fundamentales, encuentra esos valores.
Imagina a Laura, una mujer que busca una relación estable basada en la comunicación y el respeto mutuo.
Y después de una profunda reflexión, identifica que la honestidad y la empatía son fundamentales para ella.
Laura se enfoca en sus propias necesidades y valores en lugar de dejarse arrastrar por la idea de conformarse con el primero que se le pone a tiro.
Es decir, con la primera persona que le resulta atractiva.
Ella elige priorizarse a sí misma, reconociendo que merece una conexión significativa en lugar de sumergirse en la desolación de la soledad de una persona que no la tiene en cuenta.
2. Expresa tus expectativas de forma clara.
Una vez que tienes claro qué es lo que buscas, comunica esas expectativas de manera honesta y directa, ya sea en una conversación cara a cara o a través de mensajes, incluso antes de quedar.
Asegúrate de transmitir tus deseos de manera clara y respetuosa.
Por ejemplo, Carlos, que está buscando una relación comprometida, decide hablar con su cita sobre sus intenciones desde el principio, estableciendo así una base sólida para la comunicación futura.
Él desde el principio es transparente con lo que espera de la relación.
3. Observa las acciones, no solo las palabras.
Ya durante las etapas iniciales de conocer a alguien, tienes que observar cuidadosamente cómo se comporta y cómo trata a los demás.
Las acciones hablan más que las palabras.
¿Cuadras sus acciones con tus intereses?
Por lo tanto, presta atención a cómo te hace sentir y si sus acciones reflejan lo que expresan verbalmente sus palabras.
Por ejemplo, Marta está saliendo con alguien nuevo y nota que, aunque él muestra interés en ella, no hace el esfuerzo de mantener contacto o planificar futuros encuentros.
Y esto genera dudas sobre su compromiso real.
El problema es que este patrón se repite en la vida de Marta, ya que Marta ha experimentado situaciones similares en relaciones anteriores.
Y todo eso la desanima.
¿Por qué?
Porque Marta tiene una herida que el otro activa.
Recuerda que encontrar pareja menudo consiste en activar heridas inconscientes.
Descubrir esas creencias te ayudará a entender por qué repites patrones y cómo puedes tener claridad al elegir una pareja.
Hablaremos de esto en el próximo vídeo.
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Encuéntralo en la descripción del vídeo.
Y nos vemos en el próximo vídeo.