Déjame compartir contigo una historia personal que tal vez te resulte familiar...
Hace un tiempo, después de dos años de convivencia con mi pareja, decidí terminar la relación porque sentía que no podía ser auténticamente yo mismo al lado de alguien más. Aunque tenía miedo de volver a pasar por lo mismo, no renuncié a la esperanza de encontrar una nueva relación de pareja.
Sin embargo, el miedo a perder mi autenticidad me llevó a caer en relaciones superficiales que encontraba en aplicaciones de contactos como Grinder o Recon.
Me volví adicto a estas interacciones virtuales, buscando cumplidos rápidos en mis fotos para sentir que había encontrado al candidato perfecto.
Me sentía tan seguro chateando en el sofá de mi casa que podían pasar meses antes de tener una cita cara a cara. Luego, tras esa primera cita en persona, todo lo que había imaginado se venía abajo.
Luchaba internamente entre mi deseo de tener una pareja y mi miedo al compromiso. Para resolver esta batalla interna, decidí iniciar terapia. A pesar de mis esfuerzos por expresar mis sentimientos y cambiar mi comportamiento evasivo, no lograba superar mis obstáculos.
Lo peor de todo fue que esta lucha interna me hacía sentir aún más feo e imperfecto de lo que ya me sentía antes. Continué investigando por mi cuenta hasta que, en diciembre de 2013, asistí a un taller sobre el Niño Interior, donde descubrí el concepto de las subpersonalidades y cómo éstas estaban afectando mis posibilidades de establecer relaciones profundas y comprometidas.
¿Estás listo/a para sumergirte en el fascinante mundo de las subpersonalidades?
Solo tres meses después, me sorprendí al poder mostrarme tal como soy, con toda mi vulnerabilidad y sin miedo, ante un chico que acababa de conocer. Hoy, con alegría, puedo decir que seguimos juntos.