No existen las parejas felices y lo sabes
En este vídeo te voy a dar 3 claves esenciales para sobrevivir a la equivocada idea del amor que te venden en San Valentín cuando no tienes pareja.
1. El amor comienza cuando termina el enamoramiento.
2. La relación de pareja no es un espacio de satisfacción personal sino de crecimiento.
3. Mi pareja no es la responsable de cuidar mis necesidades.
Estas tres claves se resumen en una: el amor y el 14 de febrero no tienen nada que ver.
El modelo social de pareja
El modelo social de pareja es un modelo que se confirma, año tras año, el 14 de febrero.
No me estoy refiriendo a la comercialización del amor romántico, sino a la idea, socialmente admitida, de que la relación de pareja es un lugar donde se acepta la exigencia.
El día de los enamorados es el día de la negación del amor.
¿Por qué digo esto?
Mira este vídeo:
Me gusta decir que cada 14 de febrero se celebra el día del tejadito de naipes.
¿Qué es el tejadito de naipes?
Seguro que alguna vez has hecho un castillo de naipes. La primera figura que haces siempre es un tejadito.
¿Qué haces para que dos naipes se mantengan de pie?
Apoyas uno sobre el otro y ¡tachan!, ya tienes el tejadito del día de los enamorados.
Dos cartulinas que no pueden mantenerse en pie a no ser que se apoyen la una en la otra.
Pareciera que cada cartulina le estuviera diciendo a la otra: Te quiero porque te necesito para mantenerme en pie. Te exijo que me sostengas.
Esa es la idea del amor que nos han enseñado y que nos siguen mostrando e imponiendo, y no solo a través de la publicidad, cada 14 de febrero.
El amor comienza cuando termina el enamoramiento
La primera clave para sobrevivir a San Valentín es que el amor comienza cuando termina el enamoramiento.
El lema de San Valentín es el siguiente: Te amo en la medida que cumples mis expectativas.
Esa es la esencia del enamoramiento.
¿Qué es el enamoramiento?
El enamoramiento es un chute que te distrae de aquello que pasa dentro de ti.
El enamoramiento te aleja de eso que no quieres ver y que guardas bajo la alfombra, como puede ser tu sentimiento de soledad y tus carencias más profundas.
El enamoramiento, visto así, es la antesala del amor. Porque el amor comienza cuando termina el enamoramiento.
¿Y que ocurre cuando llega el amor después de ese viaje alucinante?
Pues que cuando amas de verdad aparecen esas carencias que no veías cuando estabas enamorado.
Porque es ahora cuando observas los desequilibrios que hay dentro de ti, esos aspectos que solo aparecen cuando estás en pareja y que como bien sabes son causa de conflicto y sufrimiento.
Por eso decimos que mientras que el romance droga, el amor despierta.
El día de San Valentín está construido sobre la idea del romance.
¿Cómo vive alguien que no tiene pareja el 14 de Febrero?
Tal vez como el día en el que todo le recuerda que no tiene amor.
Y, como he dicho antes, el enamoramiento no es el amor. El enamoramiento es la antesala del amor, ni siquiera es el inicio del amor.
La relación de pareja no es un espacio de satisfacción personal sino de crecimiento.
La segunda clave que cuestiona el día de los enamorados es que la relación de pareja no es un espacio de satisfacción personal sino de crecimiento.
Una vez pregunté a una paciente para qué quería tener una pareja. Para celebrar el día de los enamorados, me dijo.
Cada vez que pregunto para qué queremos tener una pareja todas las respuestas giran en torno al concepto de la pareja feliz.
¿Qué es una pareja feliz?
Para muchas personas una pareja feliz es un tejadito de naipes.
Yo también pensaba que el propósito de tener pareja es la felicidad de la pareja.
Hasta que la experiencia me ha demostrado que las parejas felices no existen.
¿Entonces para qué tenemos pareja?
El propósito de la pareja no es tener a tu lado a la persona perfecta que va a hacerte feliz con sus atenciones y sus cuidados.
Eso es lo que creímos que iba a ocurrir cuando nos enamoramos de esa persona. Sin esa creencia las flechas del amor de San Valentín no se hubieran clavado en nuestro corazón.
¿Por qué el propósito de la pareja no es tener a mi lado a la persona perfecta que me hará feliz?
- En primer lugar porque nadie puede colmar tus anhelos de felicidad, salvo tu mismo.
- Y en segundo lugar porque si acaso encontraras a la pareja perfecta, con toda probabilidad, tú no sería la pareja perfecta para ella. Hay un cuento muy bello sobre esto que ya he narrado en otro vídeo.
Es muy desolador eso que estás diciendo, Javier. No sé que pensar…
Vamos a empezar por el principio.
¿Qué es una relación de pareja?
Una relación de pareja es un espacio relacional entre dos personas.
A menudo confundimos la pareja con el otro. Creemos que ese espacio relacional es el otro.
Una relación de pareja tiene tres elementos: Yo, tú y el espacio relacional entre ambos.
Suelo contar que una pareja es como un huerto con frutas y hortalizas que cuidan dos personas, dos socios que ha decidido tener un huerto para beneficiarse de sus frutos.
¿Podemos decir que existen los huertos felices? No. Existen los hortelanos felices que deciden cuidar su huerto.
¿Qué es necesario para que un huerto florezca, dé frutos y beneficios?
Que haya un hortelano feliz que decida cuidar el huerto.
¿Por qué digo que haya solo un hortelano? ¿Qué ocurre con el otro?
Esa pregunta la dejo sembrada en tu mente. Tal vez cuando termines de ver este vídeo ya hayas encontrado la respuesta.
Cuando confundimos el huerto con el otro hortelano estamos creyendo que el huerto y el otro son lo mismo. Creemos que es el otro el que tiene que proveerme de hortalizas frescas y ecológicas.
Creemos entonces que mi felicidad depende de lo que el otro hortelano haga, o deje de hacer, en el huerto.
¿De qué depende entonces mi felicidad como hortelano?
Como hortelano, mi felicidad depende:
- De los frutos que el huerto me está ofreciendo.
- O bien, mi felicidad está en lo que aprendo como agricultor.
Decía Jung, que la felicidad es consciencia de evolución.
Volvamos al tejadito de naipes.
¿De qué depende la felicidad de las cartulinas que forman el tejadito de naipes?
La felicidad de las cartas depende de que cada uno sujete al otro.
Esa es la esencia del tejadito, dos naipes apoyados el uno en el otro. Ya que si uno deja de sujetar al otro porque quiere separarse un poco, el otro se cae y el tejadito se destruye.
Es decir, la felicidad del tejadito depende de la exigencia mutua.
Y donde hay exigencia no hay amor.
Y donde no hay amor no hay felicidad.
Dos palomas unidas por una sola pata no pueden volar.
Esa es, a mi entender, la idea que nos transmite el 14 de febrero. El modelo social de pareja es un lugar donde está permitido la exigencia.
Por ejemplo, el modelo social de pareja es que mi pareja tiene que regalarme algo por San Valentín, o que yo tengo que regalarle alguna cosa también.
Es decir, la definición social de pareja es que mi pareja tiene que atender a mis necesidades.
Mi pareja no es la responsable de cuidar mis necesidades
Y llegamos a la tercera clave: Mi pareja no es la responsable de cuidar mis necesidades.
Mi creencia es que cada 14 de febrero se reafirma la idea de que necesito a mi pareja para sentirme querido, apreciado y amado.
¿Qué ocurre si no me siento así un 14 de febrero?
Es posible que me sienta excluido del día de los enamorados.
Si necesito a mi pareja para sentirme querido, apreciado y amado, mi pareja es una muleta para que yo pueda sentir eso.
Me siento como el naipe apoyado en el otro para poder seguir haciendo un tejadito.
¿Es malo sentir que mi pareja es una muleta?
No. No es malo ni bueno.
Lo importante es que me dé cuenta de lo que me está ocurriendo y que observe mi felicidad, mi seguridad y mi autonomía cuando pienso que necesito apoyarme en mi pareja.
No es lo mismo decir: Necesito que mi pareja me haga sentirme apreciado y amado, que decir: Elijo, prefiero, me gusta cuando mi pareja me hace sentirme apreciado y amado.
Cuando dejo de necesitar dejo también de exigir.
Cuando dejo de exigir mi pareja se siente amado y se sentirá libre de expresar su amor.
Quiero señalar que no tener muletas no significa que no pida a mi pareja que tenga en cuenta mis necesidades.
No tener muletas significa que si un día mi pareja no me da eso que necesito yo no voy a perder mi serenidad y mi calma y no voy a empezar a exigirle.
Dice Pilar de la Torre que la pareja es el lugar donde yo cuido de mis necesidades y el lugar donde yo gozo y disfruto del cuidado de las necesidades de mi pareja.
¿Qué ocurre si mi pareja deja de ir al huerto a cuidar los cultivos?
Los hechos son que mi socio no ha ido a cuidar el huerto y yo solo no he podido atender todas las tareas de cultivo y recolección. El resultado es que este año no tengo calabacines y guisantes.
- En segundo lugar me hago consciente de mis sentimientos. Me siento triste, abatido, y enfadado porque los calabacines y los guisantes para mi son importantes.
Esas son mis necesidades no satisfechas. Me faltan calabacines y guisantes.
- El tercer paso es hacerme consciente de esas necesidades que no estoy satisfaciendo.
Fíjate que mi necesidad no es que mi socio hubiera cuidado el huerto.
Lo que haga mi socio solo es una de las muchas posibilidades que yo tengo de satisfacer mis necesidades de hortalizas frescas ecológicas.
- Ahora que soy consciente de mis necesidades puedo definir acciones concretas para satisfacerlas.
Ese es el cuarto paso. Definir acciones. Una de esas acciones puede ser comprarle los guisantes y los calabacines al vecino que también tiene un huerto o ir al supermercado ecológico de la esquina.
También puedo comprender a mi socio haciéndome una pregunta.
¿Qué otras necesidades suyas estaba satisfaciendo cuando dejó de ir al huerto?
Tal vez tenía otros compromisos más acuciantes.
Por eso me gusta decir que cuando tu pareja diga no a algo que tú necesitas, pregúntate a qué otra necesidad suya está diciendo sí.
Dice la CNV que La finalidad de la relación de pareja es trabajar juntos para necesitarnos cada vez menos.
Ta vez ahora comprendes por qué dije antes que para que un huerto florezca y de frutos solo es preciso un hortelano feliz que decida cuidar el huerto.
Dice Pilar de la Torre que la naturaleza humana está diseñada para que podamos darnos a nosotros mismos aquello que necesitamos.
Me gusta mucho una idea que leí en un libro de Eckhart Tolle que decía que no puedo recibir del otro eso que yo no soy capaz de darme a mi mismo.
A veces nos empeñamos en buscar aquello que necesitamos en el lugar equivocado. Y nos empeñamos en que el socio vaya a hacer su trabajo a nuestro huerto, cuando tal vez lo más inteligente sea, visto lo visto, cultivar mi propio huerto para tener seguros mis calabacines y mis guisantes.
Cada vez que enarbolamos la exigencia en las relaciones de pareja estamos negando el amor. Por eso digo que la pareja nunca podrá darnos la felicidad.
Porque la pareja es un espacio, un camino, una vía maravillosa para que yo aprenda cosas sobre mi que si no estuviera en pareja nunca podría descubrir.
La felicidad de las parejas no existe. Solo existe la felicidad de las personas que deciden formar una pareja.
¿Para qué puede servirte el 14 de febrero?
Para darte cuenta de tus creencias erróneas sobre el amor y las parejas.
Feliz día de los enamorados!!!
Ubuntu!!!
como siempre eres genial.Admiro tu claridad de conceptos y la sencillez con que los expones.Solo puedo decirte….GRACIAS
Gracias a ti, Carmen, por expresarme tu sentir.
Me ayuda mucho saberlo para continuar con mi labor.
Un sentido abrazo